El académico Máximo Frangópulos, asociado al Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) y académico de la Universidad de Magallanes, fue seleccionado para exponer en el más relevante encuentro a nivel internacional en la materia. La región austral es reconocida como un barómetro de los cambios que ocurren a nivel global respecto a la marea roja, porque en esta zona se detectó por primera vez este fenómeno, por lo que ha sido un lugar de constante estudio desde hace décadas.
Del domingo 5 hasta el viernes 10 de noviembre se está realizando la Conferencia Internacional de Floraciones de Algas Nocivas (ICHA, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Hiroshima, Japón. El encuentro, donde participan más de 600 investigadores e investigadoras, es el más importante a nivel mundial en la materia y cuenta con la presencia del académico e investigador asociado al CHIC–Universidad de Magallanes, Máximo Frangópulos, quien expone sobre estudios realizados en la región austral.
Las Floraciones de Algas Nocivas (FAN), conocida como “marea roja”, corresponden a eventos de tipo natural en el que microalgas crecen abundantemente provocando efectos en organismos marinos, que luego al ser consumidos por humanos son perjudiciales para la salud de las personas. Asimismo, por la alta densidad de microalgas afecta la disponibilidad y/o captación de oxígeno, lo que se traduce en mayor tasa de mortalidad en peces y otros organismos por asfixia.
El investigador Frangópulos se ha dedicado a estudiar los efectos de la “marea roja” y por eso es uno de los exponentes en la cita en Japón. “La conferencia es importante por dos razones: una para estar al día en cuanto a los avances y conocimientos acerca de la temática de floraciones de algas nocivas; para saber en qué están los otros países; cuál es el estado de la situación y si han aparecido toxinas nuevas o emergentes. Y además porque esta conferencia tiene un plus especial porque nosotros (UMAG y CHIC) seremos los próximos anfitriones de la conferencia en Punta Arenas, en el año 2025”, explica.
La primera detección de marea roja en el país ocurrió en el año 1972 en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, y desde ahí la temática FAN se hizo de real relevancia para las autoridades e investigadores. En esa época, se encontró la toxina paralizante (generan parálisis muscular en humanos) en el sector de seno Pedro (al sur de la comuna de Punta Arenas), que terminó con el fallecimiento de tres pescadores artesanales. Desde este hecho, que la región austral es una importante voz en el estudio de la marea roja, lo que será expuesto en esta conferencia, según el académico.
“No estamos ajenos a este fenómeno de incremento de las FAN que es mundial, y aquí en Magallanes también están apareciendo toxinas emergentes como la detección de la reciente pinatoxinas, que son un grupo de toxinas lipofílicas (sustancias producidas por especies marinas durante la marea roja). Entonces, tenemos que seguir mostrando lo que está ocurriendo en esta parte del planeta, porque ya sabemos que este es un laboratorio natural aquí en el sur, y es como un barómetro de los cambios que están aconteciendo en el mundo a consecuencia del calentamiento global”, señaló Frangópulos.
A esta conferencia, también asiste Vanessa Monge, investigadora encargada del laboratorio de marea roja del CHIC.