Matías Troncoso Villar, del Centro Internacional Cabo de Hornos, viajó hasta la Serena para exponer en el Simposio Internacional «Investigación de largo plazo para la conservación basada en evidencia». Allí, presentó el trabajo de monitoreo que se realiza en el Cabo de Hornos, dando a conocer los importantes avances y los estudios efectuados desde el fin del mundo.
Hace 35 años se dio el primer paso para una serie de estudios ecológicos en el Parque Nacional Fray Jorge, ubicado en la también Reserva de la Biósfera Fray Jorge, en la región de Coquimbo. Actualmente, esa zona forma parte de la Red de Sitios de Estudios Socio Ecológicos a Largo Plazo (Red LTSER-Chile), y que en conjunto de otras instituciones (Instituto de Ecología y Biodiversidad y la Universidad de la Serena), celebraron esta fecha con un Simposio Internacional «Investigación de largo plazo para la conservación basada en evidencia».
La cita, que reunió a investigadores e investigadoras en conservación, se realizó en la Universidad de La Serena, a la que asistió el geofísico del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC, por sus siglas en inglés), Matías Troncoso Villar, también coordinador de la red LTSER Cabo de Hornos, en representación del sitio Omora-Cabo de Hornos.
Desde Puerto Williams, fueron más de 4 mil kilómetros para que Troncoso llegase al destacado encuentro de científicos nacionales e internacionales, espacio en el que conoció la actualidad de las otras redes LTSER dentro de Chile. En ese grupo se encuentra la red más austral de todas, la de Cabo de Hornos, zona clave de los estudios del equipo CHIC, y que fue el eje de su presentación en el simposio, en colaboración con la Dra. Brenda Riquelme, investigadora postdoctoral CHIC-UMAG.
“Presentamos los principales avances del último tiempo en cuanto a la obtención de un fondo Basal por el sitio Omora, la extensión de la red de monitoreo socio ecológica a largo plazo en la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos a todos los sitios de la Reserva, en la cual conformamos los 4 principales sitios: Parque Etnobótanico Omora, Bahía Yendegaia, Isla Hornos y Diego Ramírez. Con eso contextualizamos nuestras investigaciones a los otros sitios de la red, tanto a instituciones como IEB o estudiantes presentes. Fue muy provechoso y productivo, porque establecimos el diálogo con gente que hace cosas muy similares a nosotros en diferentes lugares y cada uno con sus dificultades, pero vamos hacia lo mismo, la conservación, que es el objetivo”, indicó.
Bajo esa línea, el geofísico recalcó que es fundamental comunicar los estudios y sus avances con las comunidades, dando cuenta del gran trabajo que se realiza desde el fin del mundo, en uno de los sitios más aislados de monitoreo en el país, y el más austral de ellos. En ese sentido, el investigador destacó que fueron muy bien recibidos los últimos estudios de migración de aves, de Cambio Climático en la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos, de fauna invasora como la mosca Trichocera maculipennis o el acercamiento biocultural, filosofía presente en Omora y el diario vivir, “estamos trabajando desde el sur y hacia el sur, y eso quedo ejemplificado en la presentación”, añadió.
Visita al Parque Fray Jorge
Como parte del cierre del simposio internacional, las y los presentes se dirigieron hasta el Parque Nacional Fray Jorge, que destaca por estar al comienzo del Desierto de Atacama, el más árido del mundo. Esta particularidad también se traslada al hecho que es un bosque húmedo, que se alimenta tanto de las precipitaciones (exiguas en la zona) como de la niebla, más conocida como camanchaca.
“Nos tocó un día espectacular, al desierto le ha tocado un invierno muy lluvioso, estaba color verdoso, tenía mucha vegetación, había mucha biodiversidad macro, que vimos, como diferentes especies de aves. Nos faltó ver guanacos y pumas”, comentó Troncoso. Además, destacó que desde este sitio se ha avistado un Rayadito (Aphrastura spinicauda), ave característica de Magallanes, lo que permite conectar al Parque Omora con Fray Jorge.
Si bien fueron largas horas de viaje y tres días en este encuentro internacional, el investigador magallánico valoró la oportunidad de asistir a la cita.
“Fue una muy buena experiencia, es relevante mantener contacto con quienes estamos trabajando para la conservación, el monitoreo es la parte básica para lo que queremos conservar y a lo largo de Chile tenemos que unir nuestras fuerzas. Este viaje fue largo, tuve que tomar 3 vuelos para llegar a La Serena, tres días de ida y tres de vuelta, desde Puerto Williams es un buen movimiento, pero valió completamente la pena, un largo movimiento demuestra que estamos trabajando en lugares más aislados”.
Vista desde el Parque Fray Jorge