El Cabo de Hornos ya se está preparando para recibir a sus nuevos residentes: en octubre, miles de aves recorren Latinoamérica para llegar hasta el punto más austral del planeta. Proceso que se celebra con el Día Mundial de las Aves Migratorias, Ad portas de este evento nos preguntamos ¿Qué información entrega el estudio de las aves? ¿Por qué es importante estudiarlas?
Puerto Williams es un lugar clave para las aves migratorias, año a año diversas especies terminan sus rutas migratorias en Cabo de Hornos, zona que es catalogada como una de las 24 áreas prístinas o silvestre que aún quedan en el planeta y que cuenta con un clima oceánico que repercute en inviernos suaves y veranos frescos.
Es por ello que el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC, por sus siglas en español) cuenta con una línea de investigación relacionada con el estudio de las aves, especialmente las migratorias. Por ejemplo, una de las aves migratorias que es posible encontrar en Isla Navarino, Puerto Williams, es el fío-fío, la única ave de bosque que viaja a larga distancia en el hemisferio sur.
Sin embargo, la conexión de norte a sur también tiene complejidades. Tal como describe el director del CHIC, Ricardo Rozzi, aves como el fío-fío pueden ser contribuir a la transmisión de enfermedades.
“El fío-fío durante el invierno nuestro se queda alrededor de Brasilia, en matorral o bosque. Es muy lindo porque comunica naciones, pero es complejo, porque trae enfermedades. Y al estar en trópicos, es picado por mosquitos y puede traer en su sangre los protozoos, algunos de ellos son plasmodios, que nos traen la malaria”, explica el director del CHIC, Ricardo Rozzi, quien también es académico de la Universidad de Magallanes.
Además de la transmisión de enfermedades, ¿Por qué es importante estudiar las aves?
Las aves no solo son indicadores de la salud, sino que también son centinelas de cambio climático en los lugares donde habitan. Tal como explica la Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, en la Estrategia Nacional de Conservación de Aves 2021-2030 que lidera su ministerio, “Muchas de ellas, como las aves altoandinas o playeras, pueden responder rápidamente a impactos como el cambio climático modificando sus rutas migratorias, lo cual nos da una idea de su capacidad de resiliencia y adaptación”.
Las aves son indicadores ambientales Esto se debe porque las aves son también indicadores ambientales, es decir, son altamente sensibles a las fluctuaciones del clima y pueden responder rápidamente a los cambios en la temperatura, la disponibilidad de recursos y alimentos, y los patrones climáticos, “Al ser altamente móviles, es más fácil para nosotros visualizar esos impactos”, explica el investigador CHIC, Tomás Altamirano, quien fue responsable de coordinar la estrategia antes mencionada.
Además de transportar enfermedades, ser indicadores ambientales y centinelas del cambio climático, el estudio de las aves permite conocer la presencia y ausencia de otras especies y el equilibrio de un ecosistema, ya que las aves son parte integral de estos. “Las aves interactúan con otros organismos y desempeñan papeles importantes en la polinización, dispersión de semillas y control de plagas”, afirma Altamirano.
En esta dirección, la ministra explica en la Estrategia que “la presencia de estas especies puede relacionarse con ecosistemas más diversos en plantas, con aguas no contaminadas o con baja o nula presencia de especies exóticas invasoras”.